La prisa.
Tengo una
sensación en el cuerpo que no consigo despegarme.
Vivo con prisa.
En occidente
vivimos así: acelerados.
En el mañana. En
el qué tengo que hacer después. A veces no sé si digo que sí a lo que me gusta
o a lo que creo que me gusta. Un sí que me antepongo yo misma a lo que debo
hacer y no a lo que me apetece realmente. Digo sí por obligación a algo que
creo que es necesario hacer.
Tengo miedo al
no. Miedo a el rechazar algo. Miedo a la inactividad.
Y por eso me
excedo y siempre hay un sobre exceso en mi vida, un abarrotamiento de
burocracia activa que hace que viva en un continuo mañana, propio del desasosiego.
Aire.
Necesito respirar.
ShZ.
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