El amor es artesanía.
El otro día mi padre me dijo, mientras se le enganchaba un insecto zapatero en la bota, que no iba a matarlo pues es de los mejores amigos del agricultor. Me dijo eso y también me enseñó a pelar almendras. Y, ahora, acordándome de eso, pienso en que esas cosas, tan sencillas como apacibles, son las que me quedarán cuando él no esté. ¿De qué voy a acordarme cuando él no esté sabiendo que, desgraciadamente, no estará para siempre conmigo en este mundo (aunque hay personas que ojalá fueran eternas)? Seguramente me acordaré y le diré a mis nietos y nietas (si los tengo) que mi padre solía decir que los insectos zapateros son los mejores amigos del agricultor (si uno de ellos se engancha en mi zapato) y les enseñaré a pelar almendras (si es que alguna vez tengo un almendro). Porque yo creo que cuando se va la gente, queda eso. Quedan los consejos que nos dieron, las historias que nos contaron o las canciones que nos enseñaron, independientemente de si eso parecía importante en ese mom...