Bienvenida
La luz se apaga,
todo en calma.
Dejo de oír el típico ruido del que no te percatas hasta que no
deja de sonar,
sórdido pero molesto.
Antes de cerrar los ojos miro al techo
y no veo las estrellas
porque sigo atrapada.
Ahora cierro los ojos y me sumerjo.
Me sumerjo en mis pensamientos,
vienen ideas, recuerdos de hace
dos o tres días y voces. Incluso
se oye un pequeño halo proveniente
del bajo volumen de la tele del salón.
Y es que, salimos de casa y el tiempo pasa
aunque no nos percatemos.
Leemos poesía y lloramos por una discusión.
Y yo sé que ya no vivo el presente, ni el pasado.
Solo vivo por anclarme al futuro y me quema el ansia.
Basta.
Feliz 2016.
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