Londres, again



Miércoles, 22 de Noviembre de 2017

Hoy cojo una maleta y vuelo a Londres, con la fortuna de encontrarme con alguien en el avión que comparte mi mismo sueño, una actriz que me ayudó a saber dónde ir para dejar algo de huella en la ciudad. Es bello que haya gente tan buena que haga eso por ti, ella me hizo bajar del avión con información extra y sosiego. 


Hoy voy a un concierto en la sala Amersham Arms London con Mariana y Jose, ellos son la principal razón por la que me muevo a Londres. El rapero Scarhop (hermano de Mariana) actúa en el recinto. Cuando entramos, la primera zona era de Jam Session, donde cualquiera puede coger un micrófono, una guitarra, y salir a cantar. Al fondo, hay otra puerta que lleva a una sala con una tarima en la que suena un estilo de música totalmente diferente, aquí hay una bandada de artistas dispuestos a darlo todo.


Jueves, 23 de Noviembre de 2017

Mariana me llevó a un sitio al que definitivamente tienes que ir si visitas Londres. En Third Avenue se encuentra una cafetería súper coqueta, pequeñita y hogareña que lleva una familia, y por eso resulta muy cercana.


Su nombre es Café Paolo. Los english breakfast son deliciosos y súper variados y lo mejor de todo es que son muy asequibles. Cabe decir que en Londres, si te planificas bien, puedes comer por mucho menos del precio estándar (que suele ser £15/20). La mayoría de las veces yo comí por menos de diez libras. En España, generalmente, no tenemos unos desayunos tan completos, suelen ser más ligeros. Así que lo que yo hacía era tomar los breakfast como si fueran lunch, son más económicos y te sacias, ya que son muy consistentes (si no, siempre puedes pedir postre). Desayunaba un porridge de avena, o unas tostadas y después tomaba algún brunch fuera. Suelo evitar bastante las franquicias, básicamente porque creo que en cafeterías locales puedes comer de mejor calidad e incluso por menos precio.


En Café Paolo tienen desayunos de todo tipo, tienen opciones vegetarianas, full english breakfast (hash brown, sausage, tomato, beans, bacon) y desayunos americanos (benedict eggs, pancakes, waffles). Nuestra elección fue el Home-made hummus and avocado toast topped with poached egg. Tal como se ve en la foto, estaba realmente increíble, además venía acompañado con ensalada.

Si visitas Café Paolo el menú del desayuno incluye café, la primera vez pedimos el café a parte (era un café más elaborado que el que viene con el desayuno). Pero te recomiendo que cojas el menú, sale más asequible y el café está bueno igual. La tostada fueron £7'50 y el café £2'00, todo por £ 9'50.


Más tarde, visitamos Winter Wonderland, cerca de la estación Hyde Park. Es algo curioso que ver, pero pensaba que me impresionaría más, no es más que una feria navideña con puestos de comida, vino caliente y atracciones. Mariana y yo tomamos un waffle belga con chocolate y plátano en uno de los puestos.

Viernes, 24 de Noviembre de 2017 

Hoy me dirigía de nuevo a Café Paolo mientras escuchaba Stuck in the middle with you de Stealers Wheel. Quería ir a una cafetería a mandar material y escribir. Esta vez, pedí unos benedict eggs, acompañados con ensalada de frutos del bosque, hash brown y café todo por £ 7'50. (Ya que esta vez, no cogí el café a parte) 


Sábado, 25 de Noviembre de 2017

Hoy Jose y yo nos levantamos a las 9:00am para visitar muchos sitios de Londres, primero fuimos a desayunar a Balans Soho Society un lugar muy acogedor que se encuentra en Kensington High St. Los aseos están decorados al estilo Rococó. Pedí unas tostadas francesas con fresa, plátano, sirope de arce y un café, todo costó £12.


Después Jose quería enseñarme unos jardines japoneses que se encontraban en Holland Park. Atravesando el parque, había niños jugando al fútbol y gente paseando. Hacía frío, pero no era un frío intenso, la última vez que estuve en Londres el clima fue más extremo.


Tras unos 10 minutos caminando, llegamos a Kyoto Garden, el sistema de riego es ancestral, todo era rojizo y verdoso. Había pavos reales por los alrededores, y una pequeña cascada con un puente. El agua estaba plagada de carpas Koi de colores variados, era un lugar perfecto para relajarse y leer un libro.


Después nos dirigimos a varios lugares del centro. El primero, Picadilly Circus, esa famosa plaza de Londres rodeada de tantos estímulos visuales que a veces resulta difícil saber dónde mirar.



Paseando por Covent Garden, llegamos a Neal's Yard, un pequeño callejón pintado de vivos colores, fue una de mis partes favoritas, era algo precioso, distinto y original.



Caminando por el centro llegamos a Soho, ese barrio de Londres tan ecléctico y variado. Si caminas por este barrio, te recomiendo que visites su plaza decorada con jardines y en la que preside en el centro una especie de cabaña rústica, recién sacada de un cuento.


Más adelante nos topamos con una pequeña tienda que nos llamó la atención, llamada House of Minalima, en la que había una exposición de los artistas que habían creado los periódicos de Harry Potter, era un pequeño edificio con tres plantas, todas ellas dedicadas a  la genuina historia del mago. 


Cualquier detalle estaba cuidado, incluso el suelo estaba lleno de dibujos de estas cartas: 


En la planta de abajo había un pequeño merchandaising para comprar objetos con unos estampados de las casas de magia de Harry Potter.


Pasando cerca de Harrods (esos grandes almacenes abarrotados mayoritariamente de ítems lujosos) vi esta pintura tan bonita de la señorita Mary Poppins que dice -puedes ser tan travieso como quieras, simplemente no te dejes atrapar-. Aunque ésta vez no estuve en Hamleys (famosa tienda de juguetes), Jose me llevó a Forbidden Planet, tienda de universo friki-otaku de esas en las que yo me vuelvo loca, pero no me resultó sorprendente porque Madrid está plagado de este tipo de tiendas.


Se acercaba la hora de comer, así que pusimos rumbo a la estación de metro Charing Cross, pero de camino, Jose sugirió que entráramos a uno de los bares más antiguos de Londres, el Gordon's Wine Bar. Te recomiendo simplemente que busques fotografías de este lugar, porque es brutal. Yo solo tengo una foto de algunos cuadros colgados en la pared, pero merece muchísimo la pena visitarlo, ya que es una especie de cueva pirata subterránea, una pasada. Todas las mesas están decoradas con velas, el pub está prácticamente a oscuras, de hecho, una de las mesas está dentro de una celda. Hay comida, vino y cervezas... ¡Era como estar en la casa de Jack Sparrow!.


Más tarde, Jose me habló de un puente con mucho encanto, sobre todo en las últimas horas de luz del día, lo que en Londres suele suceder en torno a las 16:30pm. Se trata del Hammersmith Bridge, este puente cruza un hermoso río y es precioso caminar por ahí, además, si bordeas el río, verás básicamente "barrios" de barcos. Son grupos de barquitos, en formato "vecindario" donde la gente vive, las chimeneas exhalan humo y las luces permanecen encendidas. Al volver, en la estación de metro, Jose me dijo que tenía que probar lo que  según él son las mejores galletas de la ciudad a Ben's Cookies, y no le falta razón, estaban deliciosas, yo cogí una rellena de crema de cacahuete y él una de coco.


Domingo, 26 de Noviembre de 2017

Hoy, Mariana y yo hemos quedado para comer. Estamos buscando una cafetería de Brunch que le han recomendado, intentando buscarla, giramos una calle a la izquierda, donde se suponía que debía estar, pero no. Así que como no sabíamos donde estaba exactamente, desistimos y seguimos caminando por Third Avenue para intentar encontrar algo parecido. De pronto, nos quedamos mirando hacia la otra acera hablando de un sitio en el que estuvo su hermano y yo señalo un sitio blanco (que estaba cerca de la misma ruta hecha anteriormente, pero calles más adelante) ella gritó entusiasmada: "¡ES ESE!¡ESE ES EL SITIO!". No puedo expresar lo contentas que nos pusimos en ese momento, básicamente, porque el sitio resultó ser PERFECTO.


Os presento, Wild Thyme, una cafetería de Brunch coqueta, acogedora y con un servicio sublime. Cuando entramos fuimos las más felices del mundo, en resumidas cuentas porque a Mariana y a mí nos entusiasman estas cosas. Con "estas cosas" quiero decir: comer. Cualquier sitio que se adapte a nuestras necesidades momentáneas nos hace sentir como si nos hubiera dado un subidón instantáneo de serotonina. 


Ella pidió el Brunch tipo Full English Breakfast y yo pedí el vegetariano. El mío llevaba (grilled potato, guacamole, smashed eggs, halloumi cheese, tomato beans and salad). El Brunch se podía pedir con huevo frito, pochado o revuelto. Me llamó la atención este tipo de queso que se consume mucho en Londres, el Halloumi, es un queso que se tiene que hacer a la plancha antes de servirlo, y tiene una textura bastante densa aunque de sabor es suave. Este Brunch costó £9'50, y a parte un café con leche de soja. Nada más llegar te sirven a glass of tap water (vaso de agua en inglés), si vas a pedir un vaso de agua, concreta que sea de grifo, puesto que si no, te servirán agua natural. 

Más tarde, el plan fue quedar con Jose para ir a casa de Cou, en Brixton, hay cosas lindas también ahí, aunque yo lo vi de noche, hay una calle principal con decenas de tiendas. Antes de preparar la cena, fuimos a un lugar muy especial llamado The Railway Tavern. Era un típico pub muy British, tenía una terraza con estufas y estaba iluminado con pequeñas luces tenues, lámparas y velas.


Pedimos mulled cider (sidra caliente), que venía en una pequeña jarrita y con un trozo de limón, costaba £3 y estaba increíble, tenía un punto cítrico combinado con un dulzor especiado y calentito. En Londres, este tipo de bebidas, como el mulled wine (vino caliente) son muy tradicionales, en realidad, generalmente en los países nórdicos se toman mucho, por el frío. Cuando estuve en Bruselas todos los pubs y bares servían la versión caliente de ciertas bebidas alcohólicas, y he de decir que saben mucho más dulces, como un té. También debes probar las sidras de la marca Rekordelig, (versión fría) hechas con diferentes sabores como frutos del bosque, fresa o mango.


Después Cou nos invitó a una cena estilo British vegetariana, lo cual es mucho mejor. Su casa era verdaderamente especial, casi tanto como ella. Estuvimos cocinando y después nos sentamos a cenar en este apacible lugar de su casa (mi preferido) presidido por un cuadro del conejo blanco de Alicia en el país de las maravillas, de Lewis Caroll.


La cena era un plato de patatas al horno, coliflor, brócoli, zanahorias, yorkshire (típico pan inglés) y "salchichas" vegetarianas servidas con salsa Gravy (una salsa típica inglesa que se hace con la cocción de la carne, en este caso cenamos la que estaba hecha con verduras.) Y cuando todo estaba listo ¡A comer! ¡Estaba delicioso!.


Lunes, 27 de Noviembre de 2017

Hoy me levanté a las 7:00am y acompañé a Jose a su trabajo, ya que estaba muy cerca del Templo Shri Swaminarayan Mandir, cerca de la estación de Neasden. El primer rezo comienza de 9:00 a 11:00am y no quería perdérmelo. Dentro del templo no puedes hacer fotos, porque es sagrado, pero vale muchísimo la pena pasar a verlo, es una auténtica obra de arte. Tengo que decir, que no vi ningún rezo, pero me pasó algo mejor. Cuando entras te quitas los zapatos, los hombres entran por un lado y las mujeres por otro, ves a todos los hindúes orando, en paz. Ese día, estaban celebrando el cumpleaños de uno de los fundadores del templo y su estatua estaba llena de tartas de cumpleaños y velas. Cuando terminé de ver el templo, me encontré con un hindú que me se ofreció a enseñarme las cosas que aún no había visto del templo y a explicarme sobre su religión. Me hablaba en inglés y justo al pasar a una zona de rezo, me dijo que a partir de sobrepasar esa zona no podíamos tocarnos. Me explicó que todos los hindúes son vegetarianos, algunos de ellos, tienen alimentos vetados. Dijo "no comemos ajo, ni cebolla y no por ello le quito la razón a los médicos cuando dicen que tienen buenas propiedades, pero ¿qué te pasa cuando comes ajo o cebolla?" me preguntó, y yo contesté "con la cebolla lloras, porque es muy fuerte" y contestó "exacto, es como si explotaras por dentro. Por eso, un alimento que te hace experimentar una sensación tan agria como el llanto, no debería estar en tu dieta, porque tu cuerpo lo está rechazando." Esto me hizo pensar, porque en cierto modo es verdad, y nunca lo había pensado, que quizás nuestro cuerpo reacciona de esa manera como método defensivo ante un alimento.


Después me explicó que a los niños se les inicia en el hinduismo desde muy pequeños y que para ellos los fundadores y creadores del templo no son simples figuras humanas, son divinidades. La zona de rezo estaba liderada por una estatua del fundador y por otras a su alrededor llamadas Murtis (imágenes sagradas rodeadas por la presencia de los Dioses). Me guió por una gran cancha de baloncesto y por los pasillos, y me contó que en los días distinguidos del hinduismo los rezos son masivos y que pueden llegar a organizar una festividad en la que haya comida para 3000 personas. Me preguntó que cuántas veces iba a la iglesia, y le dije que no era una persona religiosa, equivocándome de término completamente, ya que hubiese sido más concreto decir que no soy cristiana, porque el sentido religioso/espiritual está muy presente en mí, cada vez más. Al terminar me dijo "yo no quiero decirte que te hagas hindú, solo te digo que no sé si es del todo correcto decir que no eres religiosa." ahí reculé, y dije "quería decir más bien que no soy cristiana, pero tengo mucho respeto por las religiones y pienso que la parte espiritual de una persona es crucial para su vida" y él contestó "solo tienes que encontrar tu propia religión". Después me regaló un calendario y me señaló el día 8 de Noviembre, "Annakut Utsav Hindu". Diciéndome que debía recordar ese día, es el año nuevo hindú y el templo se llenará de rezos y de ceremonias. Lo cual debe de ser realmente precioso. Le agradecí enormemente haberme enseñado el templo y me despedí.


Me dirigí al Albert Hall y casi me gustó más el Albert Memorial (que se encuentra justo enfrente), un templete realizado en memoria del esposo de la Reina Victoria, cuyo autor es George Gilbert Scott. El templete está en el centro de un cuadrado, en cuyas cuatro esquinas se encuentran cuatro estatuas que representan los continentes de Asia, Europa, África y América.


Ésta es la parte principal del Albert Hall, un palacio circular de los  más importantes de Londres en el cual se representan numerosas funciones teatrales y conciertos. Seguí caminando hasta el Natural History Museum, delimitado por una bonita valla roja y dorada.


Cuando llegué, pensaba que había llegado a Hogwarts, pero no. Había llegado al Natural History Museum de Londres.


El hall estaba presidido por los huesos de una gigantesca ballena, el interior del museo era magnánimo. Era un palacio gótico lleno de fósiles, historia y cuentos. Por un momento me sentí como Ross Geller en Friends.



Había varias secciones, pero particularmente, llegué a la de los artrópodos, para fotografiar a mi favorito, el escorpión.


La experiencia en el museo fue fascinante y curiosa, dividido por secciones, estaba lleno de encanto, totalmente a la altura de mis expectativas. Cautivador.


 Más tarde, a la hora de comer, regresé a uno de mis sitios favoritos de Londres. Sí, volví a Neal's Yard (no podía irme sin pasar de nuevo por allí). Comí en una encantadora cafetería llamada 26 Grains, tenían tartas orgánicas, sandwiches, cafés y smoothies.


Pedí un Flatbread Hallooumi Pickle y un vaso de agua. La comida tan solo costó £7. Era vegetariana, estaba bastante buena y llevaba Hallooumi (el queso del que hablé anteriormente).


Después, ya que era mi último día en Londres, me dispuse a pasear y creo que lo hice durante unas dos horas. Anduve desde Covent Garden hasta Waterloo. Y lo mejor, fui todo lo que vi en el camino, estuve por Carnaby Street, callejeando por mil tiendas, pasando por Russell Street, dejando atrás un museo de James Bond, 007 y el Theatreland. Pasé por un puente donde se veía el Támesis, el London Eye y el Big Ben, que me recordó el río Sena de París.



Hacía un frío intenso, porque ya rondaban las 17.00pm. Seguí caminando hasta encontrarme con una librería llamada Calder, The book shop theatre. Su escaparate lleno de libros de segunda mano (entre ellos uno de Federico G.Lorca) llamó mi atención. Así que pasé y hablé con el dueño, que me explicó que se hacían representaciones teatrales al fondo de la sala. Estuvimos hablando sobre Londres, ambos coincidíamos en que es una ciudad inmensa e impersonal y me deseó suerte con mi trabajo. Cogí una postal que me encandiló y que solo costaba £1'50, quería llevármela como recuerdo pero muy a mi pesar, solo llevaba £1 encima. Pero él me dijo que podía llevármela, ¡que hombre tan majo!. Te recomiendo que pases por su tienda, es muy original. Pronto llegué a mi destino, el pasaje de Union Street, lleno de Cafés-Teatro. Muy especial.


No sé si lo sabéis, pero el Big Ben, el monumento simbólico más importante de Londres, estaba en obras, lo cual no me importó. Y, mientras paseaba por el puente para poder tenerlo delante de mis narices, escuchaba la Overtura 1812 de Tchaikovsky. ¿Por qué esta pieza? Porque es la que utiliza V en V de Vendetta, para hacer estallar el parlamento. Tchaikovsky fue un compositor ruso, pero no sé que es lo que hace que esta obra romántica, suene parcialmente inglesa, apoteósica y elegante. Y no puedo describir lo que era para mí ese momento, sobre todo, ir caminando mientras veía el Big Ben cada vez más cerca de mi con la última parte del concierto. Me sentía grande y pequeña a la vez, el tiempo era algo tangible, porque todo el mundo caminaba, hablaba, se hacía fotos, reía o corría. Y yo me aproximaba cada vez más. Era como estar en Peter Pan, nunca crecer y volar muy alto desde el reloj más emblemático de Londres.


Llegué, y para mí, el Big Ben es igual de precioso. No es un problema que esté en obras o que esté tapado, porque en su conjunto al final es lo que te hace sentir cuando lo ves. Y me marché.


Son las 2:30am y suena el despertador, es momento de volver a casa, mi avión sale a las 6:50am. Si vas a coger un couch (autobús nacional con diferentes destinos, como Alsa) hazlo por internet, es más fácil que sacar el billete en taquilla. La estación de Victoria tiene salidas de estos autobuses en diferentes horarios que te llevan hasta el aeropuerto. Mientras viajo de noche en el autobús, me dispongo a escuchar la Balada nº 4 de Chopin, mirando la ciudad sumida en una especie de insomnio. Y pienso que nadie puede vivir sin haber escuchando antes a Beethoven, las conclusiones empiezan a llegar hasta mí y durante mi estancia en Londres, he podido comprobar, que es una ciudad enorme, impersonal y con una gran incitación al consumismo, llena de franquicias y de tiendas de comida rápida. Condenando a la gente a la rutina, al exasperante trabajo únicamente para suplir deudas. Que sí, que eso es el capitalismo, pero si lo quieres en su máximo apogeo, vete a las ciudades grandes, o a una ciudad como Londres, plagada de publicidad que te dice cómo vestirte, qué debes tener y cómo comportarte para pertenecer al rebaño. Siempre que la visito, me da la sensación de estar bien y en calma, pero solo porque es momentáneo, no vale la pena estar viviendo allí. Me resultó apacible tener la sensación de no haber sucumbido a todos esos estímulos que decían "compra, compra y compra."


Como antes he dicho, suelo rechazar las franquicias como EAT, Paul, Caffe Nero, Prett a manger o Costa. Pero cuando llegué al aeropuerto, tenía tanta hambre que opté por uno de los desayunos más sanos que había, en Leon tienen varios porridge, yo me cogí uno con leche vegetal, arándanos, semillas y miel. Costó £2'75.


Aquí una foto con los recuerdos materiales de este viaje; dos calendarios que el amable señor del templo me regaló, un periódico que me dieron por la calle y dos postales; la del cráneo es del Museo Natural de Historia y costó £0'75 y la de Alicia la compré en la librería Calder y costó £1, además, una goma de borrar con forma de Taiyaki (pastel japonés) que compré en el Japan Centre y costó £1. En total, no llega a tres libras y me encanta todo.



Mil y una gracias por leer(me).

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