HAY COSAS QUE AHORA SON MÁS BONITAS

Fotografía realizada en el parque Yoyogi (Shinjuku, Tokyo)

Dentro de lo malo, hay cosas que ahora son más bonitas (o quizá solo creo que lo son porque antes no me había percatado de ellas).

Ahora mis vecinos me saludan desde sus balcones. Todos salimos por y para un fin común y eso propicia unión y alegría. Han puesto decoración en la calle y cada hogar comparte un hilo de banderitas con los balcones colindantes. Quizá cuando esto acabe, todos vuelvan a cerrar sus cortinas y el retorno sea -si cabe- más individualista todavía, no lo sé. Quizá esto nos deje una enorme cicatriz que grabaremos a fuego, o quizá en unos años se nos olvide, no lo sé. Tampoco sé hasta qué punto esto va a cambiar el mundo (con que baste para que cada persona haga sus reflexiones y se quede con la esencia de lo que realmente importa, es suficiente). Lo único que tenemos que entender para vivir más el día a día, es nuestra fragilidad: lo frágil que es el statu quo (gravemente alterado por algo pequeño y diminuto, pero tenaz con sus males, por lo que acaba siendo más grande que todos nosotros juntos)

Tampoco pienso que esto tenga que ser decisivo en cuanto a valorar más las cosas. No tenemos que culparnos reiteradamente por no vivir en un constante "Carpe Diem" (es prácticamente imposible). Es lógico que añoremos más las cosas cuando no las tenemos. Es lógico que ahora, que nos faltan los abrazos que tanto anhelamos, los echemos en falta y nos culpemos por no haber dado muchos, y más sinceros. Ahora que la economía se va al traste porque solo consumimos lo que de verdad necesitamos (repito: lo que de verdad necesitamos) es cuando nos abrigamos con el cariño de los demás. 

No te culpes. Cada uno está aprovechando esto a su manera. Hay gente que está reconectando consigo misma (porque lo necesitaba) y otra que no. Hay gente que está aprovechando el tiempo para crear (no desde la obligación, sino desde el disfrute) y otra que no. Hay gente que está pasando más tiempo en familia, otra que no. Pero lo más bonito es el descanso para que la tierra respire (que ya es hora) y para que todo se estabilice. 

No sé lo que estás haciendo tú, pero (en medio de esta vorágine de caos) hay cosas que ahora son más bonitas (o quizá...)

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