HAY UN LUGAR
Hay un lugar en el que decir adiós no es nunca doloroso.
Y en él, habitan unas
puertecitas en las que las despedidas se tiñen de color añil y resultan ser
como dulces frutos de extraña textura.
Hay
un lugar donde nos enamoramos con tan solo una caricia, y entonces no hay
relaciones que no sean de verdad. Las banalidades y el materialismo desaparecen
y solo queda el carpe diem y el amanecer de dos cuerpos desnudos.
Hay
un lugar donde los silencios nunca son incómodos. Como cuando estás con alguien
y de pronto te percatas de que lleváis un buen rato sin hablar porque os habéis
ensimismado en vuestros pensamientos (lo cual resulta curioso y bonito al mismo
tiempo).
Buscando,
buscando y buscando, una vez encontré todos estos lugares. Y para entender cómo
lo hice le pregunté a la luna, y ella me dio la respuesta:
"Fue
por tus ojos de color ceniza
Fue
por tus labios de sabor sincero
Fue
por tus manos cargadas de ilusiones
Fue
por tus oídos deseosos de cuidado
Fue
por tu nariz que olía la dulce fragancia de la ilusión"
Pero
yo le dije que era la misma necia que, pese a las circunstancias,
seguía sin saber que la vida es un chasquido de dedos llena de
injusticias y de crueldad, y por eso, las cosas bellas no hay que dejarlas
nunca pasar 🌠
-Bueno,
tranquila- espetó ella -aún estás aprendiendo-
En la foto James Dean y Natalie Wood en Rebelde sin causa.
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