Es que no quiero.

Ilustración de HENN KIM.
A la pregunta: "¿Tienes novio?"

Puede que la contestación sea: "Ni tengo, ni quiero." O eso de "si no tengo novio es porque no quiero.Pero...¿realmente es así?

Yo no sé si no tengo novio porque realmente no quiero, lo que si sé es que en este ámbito soy muy exigente, por supuesto.

Puedo tener algo fugaz, vívido y maleable con alguien. Pero algo estable se forja si hay un apego y un vínculo más fuerte, a veces sin darte cuenta.

Podría reducirse a que estoy demasiado bien acomodada y con mi tranquilidad.

Así que creo que podría renunciar al casi impositivo "Es porque no quiero" sustituyéndolo por un "todavía no ha llegado".

Al mismo tiempo veo situaciones a mi alrededor y me atrapa una pigricia absoluta hacia las relaciones estables.

Ya que, todo se basa la mayoría de las veces en las miradas y los juicios ajenos.

A los 21 deberías ser independiente. Podrías tener un novio de varios años hasta que te mudas con él a los 25. A los 27 puedes casarte. Antes de los 30 deberías tener hijos. 

Todo se basa en números. Como si la vida fuese una calculadora en la que pudieras anotar tus cálculos. Lo siguiente serán las ecuaciones y las gráficas, pero atención, las fórmulas pueden complicarse.

¿Por qué nos casamos? Si lo único que veo a mi alrededor son traiciones, rutina, infidelidad y aborrecimiento. ¿Por qué nos comprometemos a algo intangible con alguien si vamos a acabar destruyéndolo?. Ya que, si me lo permitís, el matrimonio es pura creencia y superficialidad, religiosa y legal utilizada para amarrar con unos lazos invisibles a dos personas. Aunque yo siempre he mantenido que me gustaría casarme, soy consciente de que es una patraña más, ideada por y para el rebaño social. No he pretendido que desaparezca este deseo de cuando era niña, pero sí que entiendo por qué apareció y sobre todo, que no hay unas claves de cómo tiene que ser o a qué edad.

¿Por qué tenemos hijos? ¿Por qué, en ocasiones, los hijos se utilizan como herramienta para trazar y reparar relaciones que no son sólidas? ¿Por qué no tomamos medidas sobre lo que supone ser responsable de la vida y de la educación de alguien?

La infancia conforma una decisión irrevocable sobre nuestro destino, siendo capaz de ensalzarlo hasta las nubes o destruirlo por completo.

Es cierto que en gran medida debemos disfrutar de la vida, sin meditar en exceso los asuntos superfluos, pero las decisiones que marcarán los acontecimientos de ésta, deberíamos cuidarlas más.


ShZ.

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