MANUAL DE LA BUENA PERSONA


Jeff Ösberg


Cuando alguien te sirve un café recuerda que lo hace porque cobra por ello. Eso no significa que deba atender todas tus quejas y demandas, recuerda que servidumbre no es sinónimo de esclavitud. Nadie debería vivir para servir a los demás.

Valora otras especies al mismo nivel que valoras la tuya, los animales no tienen por qué soportar tu maltrato ni tu egoísmo. Si no eres vegetariano, por lo menos, agradece el sacrificio de un animal para alimentarte.

Si tienes prisa, piensa que los demás no están obligados a seguir tu propio tiempo, tus exigencias y tus malas contestaciones. La paciencia es el medicamento contra la ansiedad y la preocupación.

Da(te) las gracias mucho y constantemente, dile a la gente que la quieres, no estará siempre para oírlo.

Intenta canalizar tu frustración debidamente. Por desgracia, este es el sistema de los sueños marchitos y La Ciudad de las estrellas es solo una película, pero eso no significa que debas sacrificar tus ilusiones por miedo. 

Me he dado cuenta, de que no hace falta saber todo acerca de una persona para amarla y admirarla profundamente. He aprendido a valorar el misterio de las personas y, por ende, comprender que no hace falta saber todos sus secretos, no es necesario. Porque todos tenemos secretos y es mejor seguir manteniéndolos como eso que son.


Respeta tu espacio y el de los demás.

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