INSOMNIO Y FÚTBOL



Cuatro jugadores:


Menos jóvenes pero con más sabiduría.

Menos enérgicos pero con más ganas.

Menos impulsivos pero más precisos. 



Se disponen a jugar un partido -dos contra dos-. 



"Me gusta" exclama uno, "venga, vamos a darle" espetó otro. Y así fue como me invadió una sensación llena de nostalgia. La consumí de una bocanada -a modo de cigarro- y se me llenaron los pulmones de este humo hecho del pasado. Y por un largo tiempo (mirando el sol, que se desvanecía) ya no fui capaz de desprenderme de esa sensación.

De pronto, vi cómo ese patio (sempiterno en otro tiempo) se deshacía en pequeños cristales que parecían gránulos. Los gritos de los jugadores se hicieron más agudos y retrocedí diez años atrás. Sin las mismas preocupaciones pero con más miedos. Estaba levemente asustada, pero al mismo tiempo seguía observándoles para recobrar la cordura. Escuchar sus gritos me devolvía al presente. "Es como si no hubiera pasado el tiempo", pensaba. "Es como" pero sin el "como" porque es un sí.

Es una afirmación de que, irremediablemente, ha pasado el tiempo. "Bueno, pero todo sigue más o menos igual ¿no?. Necesito saber que todo sigue igual." (Imploro)

Y ese es mi placebo.

Algunos regresan en unas horas y por ello, hablan del verano. Todos recordaremos ese Sábado.

Esa noche no pude dormir en absoluto. Mi inquietud me hacía estar sedienta y me ahogaba con el aire (seguía queriendo ingerir el pasado).

Mi horario ha cambiado. Solo estoy buscando motivos para estudiarme, pero lo hago demasiado (en exceso) y acabo por recordar mis primeros años en Madrid.

Tengo que salir al balcón. Necesito respirar el pasado.

Dios. ¿Aún no me he quitado tu perfume?

No sé si de verdad te echo de menos o es solo que me aferro a tu recuerdo.

ShZ.

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