TU IGNORANCIA DE TI
Hay demasiada ingratitud en ti para ti mismo.
Y ella es la que desboca los caballos de tu desolación,
en dirección a todos tus barrancos.
Hay demasiada ingratitud en ti.
Hacia las alegrías que tú mismo supiste construir,
acaso por descuido, mas que fueron totales
y sólo a ti deudoras.
Permíteme decirte
que también anda por tu corazón la vocación de la alegría
tan sólo interceptada
por la opresión de que pueda ser breve.
Tú te dedicas toda ingratitud, eres avaro.
En ocasiones se diría que te ignoras totalmente,
y es entonces que tememos por ti los que te amamos.
Compadécete un poco de nosotros y mírate a ti mismo
con generosidad.
FRANCISCA AGUIRRE
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