Qué forma de perder las maneras y qué manera de perder las formas

 Hemos deshecho todas las formas físicas de comunicarnos entre nosotros. Ahora ya no se espera que el cartero llegue a tu domicilio, se espera el doble click azul del WhatsApp. Ya no se valora igual el mirarse a los ojos, el tacto de una caricia, el "tengo ganas de verte". Ahora se le llama "hablar" a tener delante un pequeño aparato en el que miras la hora con un promedio de 5 minutos.

Porque ahora te da igual cuánto te ofrezca alguien, al mínimo problema que surja, sabes que tienes a otras mil personas con las que también puedes estar. Así que ya no valoras que lo que te ofrece una persona (su contenido, su esencia) y la deshechas. Tiras todo por la borda porque no te compensan sus defectos (ya habrá otro que no los tenga). 

Nos deshacemos de las personas sin darles el valor que merecen, el afecto y la importancia de lo que hemos recibido de ellas, de su recuerdo y de lo que sentimos o sienten al mirarnos a los ojos. A veces por presión social, por exceso de amor propio o porque vemos a los demás sin mirarnos a nosotros mismos (olvidando que son nuestro reflejo).

Hay una frase de Lorca que dice "van ustedes al teatro como van por la vida". Pues yo digo, se enfrentan ustedes a la vida, como si fueran al teatro. Porque si un actor reza en el escenario de un teatro la gente verá una iglesia, pero si cualquiera se pone de rodillas y reza en plena calle, la gente le tomará por loco. Porque el teatro tiene esa magia, esa capacidad para crear una iglesia de la nada a través de la imaginación. Pero la vida real no. Y no estamos en el teatro. 

Una decisión es una acción irrevocable. Cuando eliges que una persona se aparte de ti, no puedes esperar que la sala se llene y que la función derive en un aplauso final. Si eliges eso y haces daño, sé consecuente, porque el público de la vida real se marcha sin dejar propina y sin aplaudir.

Hemos perdido la empatía, y con ello, el interruptor para encender el sol. Estamos condenados a estar completamente a oscuras porque somos incapaces de percibir lo que ocurre a nuestro alrededor.

ShZ.