A FEDERICO:

¿Por qué Federico? 

dime, ¿por qué no te marchaste?

creo que sabías lo que iba a pasar.

Pienso que incluso intuías que la muerte te acechaba,

pero decidiste quedarte aquí

y te quedaste por amor a tu tierra.

(Quizá la culpa es de la tierra)

ya que te quedaste en un país que en ese momento te rechazaba,

te maltrataba

y renegaba de ti y de los tuyos.

Pero te entiendo Federico, 

creo que yo también hubiera hecho lo mismo,

preferiste no tener tumba en tu propia casa,

que tener una lápida llena de flores fuera de ella.

Ya que, al otro lado del charco te adoraban y aquí infravaloraban tu obra.

Por eso a día de hoy, seguimos sin saber dónde estás,

pero ¡ay Federico!, si tú pudieras ver ahora cómo te quieren...

¡Ahora los espectáculos llevan tu nombre! 

En tu honor nos volvemos gamberros, dóciles y mártires.

Nos agitamos, nos revolcamos y utilizamos tu poesía.

No podemos llevar flores a tu tumba, por eso hacemos que las tiren al escenario con tus textos.

¡Ay Federico! Si vieras cómo marchaban tus mujeres en la calle, el 8 de Marzo, nos convertimos en Yerma, Rosita, La Novia, La zapatera prodigiosa y la mecanógrafa.

Nos diste la fuerza con tu magia, aunque ya no estés.

Los teatros te hacen honra y gritamos tu nombre, para que nunca te olviden Federico, para que recuerden que tu palabra será más fuerte que sus actos, porque siempre perdura.

Solo quería decirte que tu legado es inmortal Federico.

Y que tú nombre,

tu nombre está en todos lados.

ShZ.