LA MATERNIDAD
Pintura de Christine WU |
Siempre quise tener muchos hijos, cinco hijos, cuatro hijos, me encantan los niños.
A medida que crezco el número se reduce
paulatinamente.
Voy a hablar sobre lo que pienso de la
maternidad, ya que según algunas personas, no tener hijos es un acto propio del
egoísmo de mi generación.
Según otras, el verdadero egoísmo, es
concebir un hijo en un mundo injusto, propio de una sociedad frenética, cruel y
despiadada como la que tenemos hoy en día.
Como he dicho antes, progresivamente el
número se ha ido reduciendo, pero, aún así, debo reconocer que me gustaría tener hijos. Ahora
tendría creo que uno al menos, y de tener otro más, mi ideal sería adoptar (antes esto no era algo que estuviera en mis planes).
Apremio a las amigas que mantuvieron
siempre que no quieren tener hijos, no
es egoísta, es perfectamente lícito. Sienten que, o no les apetece, o no les
hace falta, o no tienen ni han tenido un instinto maternal innato y no están
incompletas por ello, no, no lo están.
Esa frase de “bueno, ya cambiarás de
opinión” debería de estar ya fuera de nuestro vocablo. Es una completa
absurdez.
Al igual que yo siempre he visto la
maternidad como un requisito en mi vida, lo he visualizado y lo he imaginado,
entiendo que ellas ni se han parado a pensarlo.
Yo solía pensar en cómo serían mis pequeños
churumbeles, hasta que crecí y me di cuenta de todo.
Ah, que quieren que críe personas para
esclavizarlas. Ah, que voy a criar más niños cuando millones de niños se mueren
de hambre porque en lugares tercermundistas no hay métodos anticonceptivos. Ah,
que voy a tener una hija dentro de un sistema machista. Ah, que si tengo un
hijo o una hija conforme está el mundo lo mínimo que le puede pasar es una
enfermedad, ya que pueden matarle, abusar de él, hacerle sufrir o utilizarlo de
mano obrera barata para seguir construyendo este sistema.
¿Cómo le explico yo a mis hijos el mundo en
el que van a vivir? ¿Cómo les preparo para esta mierda de sistema humano, para
esta jerarquía y para este escalafón de clases?.
¿Para qué quiero traer más gente a un mundo
de más de 7 billones de humanos, cuando la mitad se mueren por guerras,
hambrunas o trabajos forzados?
Entonces mi instinto se iba apaciguando
cada vez más, se apaga poco a poco, porque a mí nadie me preparó para la
hostia de la consciencia, y no quiero que mis hijos se la lleven.
Tampoco quiero verlos con los ojos
inyectados en la pantalla de un móvil, comiendo la basura que nos dan,
enganchándose a las drogas y en definitiva, siendo infelices. Porque es lo más
probable que se pueda esperar de un mundo como el nuestro, la infelicidad.
Así que llegué a una conclusión, porque ese
deseo siempre ha estado ahí latente y creo que no puedo apagarlo. Barajé la
adopción con una de mis alternativas y además, querría tener al menos un hijo
biológico, salvar a otro que no tuviera nada, no para tenerlo todo, sino para
educarlo a vivir feliz.
La base de la educación viene desde una
buena infancia, y creo que, a fin de cuentas, intentaría ser una buena madre. Así que les enseñaría las mejores cosas de las que ha sido capaz el ser
humano.
Les enseñaría la música, la pintura, el arte la
diversión y la compañía.
Les expresaría el cariño por las flores,
por la tierra, y por los insectos más nimios que habitan en nuestro mundo.
Les leería un cuento cada noche, honrando
mi nombre.
Les diría que tienen que hacer lo que les
gusta, que son capaces de lo que quieran y les prepararía para lo que hay en el
mundo en el que viven, con calma y con amor para que el despertar, no duela tanto.
ShZ.
ShZ.
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